viernes, 15 de noviembre de 2013

MIA Pinto: "La huelga de Limpieza en Madrid y las privatizaciones de ASERPINTO: dos caras de la misma moneda"

La huelga de los trabajadores de Limpieza viaria y Cuidado de Jardines de Madrid está desvelando algunas cuestiones que parecían ocultas para los ciudadanos de Pinto. Aquellos que no se habían interesado por los problemas suscitados por el proceso de privatización de ciertos servicios de la empresa pública ASERPINTO, llevado a cabo por el Partido Popular, ahora se sienten sacudidos ante la posibilidad de que lo que está ocurriendo en Madrid pudiera suceder en un futuro próximo en nuestra ciudad.

Y resulta evidente que lo que está pasando en Madrid es muy posible que pueda ocurrir en Pinto. La única diferencia es temporal; en la capital de España el proceso de privatización (allí utilizan también ese eufemismo engañoso tan extendido de "externalización"), ha tenido lugar antes y el proceso ya se ha completado. Ahora están recogiendo los frutos podridos que producen las políticas neoliberales. Queda muy claro que la grave situación en la que se encuentra el servicio de recogida de residuos en Madrid es consecuencia de la contumacia en aplicar políticas de privatización y seguir, de modo ciego, un programa basado en la dogmática neoliberal. No podemos permitir que esto se repita en Pinto, es responsabilidad de todos.

Pensamos que todo lo que está ocurriendo puede servirnos para observar una proyección de futuro de lo que podría suceder en Pinto. En Madrid también se prometió a los trabajadores que no habría despidos, pretenden ahora despedir más de 1.600, que no se precarizarían las condiciones de trabajo y que no habría una rebaja de sueldos; ahora pretenden, ni más ni menos, rebajarles su salario un 40% y dejarles con una retribución que colocaría a muchas familias al borde de la miseria. Allí como aquí, la ley lo único que prescribe es que la nueva empresa reciba a la plantilla al completo, luego ya se verá lo que hace con la vida de esos trabajadores.

Ambos procesos, el madrileño y el pinteño, son muy similares, responden al mismo programa y a la misma hoja de ruta: deterioro intencionado del servicio por parte de los que lo quieren privatizar, desprestigio de los trabajadores con amplias campañas mediáticas, la misma ola mediática en la que se asegura, sin ninguna prueba objetiva, que resulta más barato lo privado que lo público, inicio de un proceso de privatización en las que se promete tanto una mejora del servicio como el mantenimiento de todos los puestos de trabajo y de las condiciones laborales, y, por fin, privatización, con pliegos de contratación a la baja, y en la que se eluden responsabilidades que deberían ser ineludibles, y se deja a los trabajadores abandonados a su suerte, eso sí, engañados y despedidos con buenas palabras y promesas que nunca se realizarán.

En Pinto, hasta el momento, ha parecido que el debate solo afectaba a los trabajadores de ASERPINTO. Como en los demás sitios en los que se llevan a cabo procesos de este tipo, se ha intentado extender el común de que tal vez la gestión privada sería más eficiente y más barata que la empresa pública y que, como mucho, los únicos concernidos por esta privatización serían unos pocos trabajadores y que el servicio estaba garantizado. Se trataba del problema de unos pocos, supuestamente privilegiados, no era una cuestión de ámbito ciudadano. El ciudadano "normal" no iba a notar la diferencia cuando el servicio fuese privatizado, si acaso percibiría una mejora por la proverbial eficiencia de lo privado en comparación con lo público. Y, además, una panda de malísimos trabajadores, mezcla de vagos y enchufados, recibiría su merecido castigo.

Esta artera campaña pro-privatización está quedando cada día más desacredita y su falsedad se nos muestra cada día más evidente. La huelga que está teniendo lugar en Madrid, está demostrando que los ciudadanos son los primeros afectados por la privatización y la consiguiente precarización del servicio. Además, los ciudadanos pierden dos cosas fundamentales: la primera, parte de su patrimonio, unas empresas que han financiado ellos y que han sido sufragadas con sus impuestos, y, en segundo lugar y no menos importante, parte de su soberanía, una parte muy importante del control democrático sobre sus gobernantes y sobre los servicios que les pertenecen. Ya hemos visto como la Alcaldesa de Madrid ha pretendido "quitarse el muerto de encima", afirmando en los primeros momentos que el problema era entre empresa concesionaria y trabajadores. No sólo hay una precarización del servicio, despidos y un deterioro en las condiciones de los trabajadores, sino que los ciudadanos ya no tienen el derecho de reclamar ante los responsables políticos que han elegido.

Nadie puede dudar de que en una empresa privada prima el beneficio por encima de la prestación de un servicio. Los servicios que presta ASERPINTO son servicios esenciales. Aunque sea en “carne ajena”, lo estamos comprobando con la huelga de Madrid, y esto no hace sino reafirmarnos en nuestra firme idea de que no se pueden dejar este tipo de servicios en manos privadas. Ya hemos visto como Ana Botella, impasible el ademán, pretende montar una suerte de esquirolaje por medio de la utilización de una empresa pública. ¿No eran absolutamente contrarios a la gestión pública y pensaban que lo privado era lo eficiente? Que alguien nos explique esta incoherencia. Por supuesto, queremos hacer especial mención y felicitar a los trabajadores de TRAGSA por su contundente respuesta a la alcaldesa madrileña.

Quien aún no lo haya hecho, nos estamos refiriendo a los ciudadanos de nuestra localidad, debe reflexionar sobre lo que está ocurriendo y tratar de comprender que la lucha de los trabajadores de ASERPINTO, no solo es una lucha por sus puestos de trabajo, que ya es algo encomiable y necesario, sino que es una lucha por el bienestar del conjunto de los ciudadanos pinteños. No podemos olvidar lo que está pasando en Madrid y no podemos creer campañas basadas en consignas facilonas y mentirosas. La lucha de ASERPINTO por seguir siendo pública es la lucha de todos, es la lucha por nuestro bienestar y por el de nuestros hijos. No podemos permanecer impasibles ahora y protestar cuando ya sea demasiado tarde.

La lucha de los trabajadores de Limpieza viaria y Cuidado de Jardines de Madrid y la lucha de los trabajadores de ASERPINTO es la misma lucha. Y es la misma lucha de todos los que pelean por el mantenimiento de los Servicios Públicos: Sanidad, Educación, etc. Es un combate por un futuro mejor para todos, y un combate en el que deben implicarse todos los ciudadanos, no son luchas sectoriales que pretenden nada más que unas mejores condiciones para los implicados, sino que todos salimos beneficiados si ellos ganan. Tenemos que intentar avanzar en la coordinación de todos estos movimientos y extender entre ellos la conciencia de que la unidad es la única garantía de victoria. Su victoria será la victoria del conjunto de los ciudadanos que utilizan los Servicios Públicos, será una victoria de la soberanía popular frente a las mentiras y frente al intento de expolio.




Pinto, a 15 de Noviembre de 2013.

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