El Movimiento de Izquierda Alternativa de Pinto (MIA-Pinto) quiere mostrar su más firme apoyo a la Huelga General convocada por los sindicatos para el próximo día 14 de Noviembre. La participación en esta Huelga es clave para fortalecer una masa crítica social que consiga derrotar la política de recortes y de empobrecimiento de nuestro país que está llevando a cabo el Gobierno del Partido Popular. En esta Huelga, y en el conjunto de luchas que se están llevando a cabo a lo largo de nuestro territorio, nos jugamos nuestro futuro y el de las próximas generaciones. Si no somos capaces de vencer ahora, tendremos que lamentar que nuestros hijos vivirán peor que nosotros, habremos dado un paso atrás que será muy difícil de revertir.
Es falso que los recortes y la destrucción de los derechos sociales sean la única solución para una crisis que no hemos provocado los trabajadores. Se trata de una decisión política y, por lo tanto, existen alternativas. Esas alternativas se encuentran, a grandes rasgos, en la lucha contra un inmenso fraude fiscal, en la recuperación de diversos impuestos que graven a los que más tienen y que profundicen en la progresividad fiscal o en la reducción a su mínima expresión de los gastos militares y la supresión de la financiación de la Iglesia Católica. Con todas estas medidas no hubiese sido necesario recorte alguno.
La Huelga es un instrumento de lucha de los trabajadores, con independencia de su pertenencia o afinidad a tal o cual sindicato, eso es algo que debemos tener muy claro. Con ella no se trata de ningún modo de legitimar las líneas sindicales de las cúpulas burocráticas que dirigen los sindicatos mayoritarios, sino de que los trabajadores nos reapropiemos de una de las principales palancas de las que disponemos para la defensa de nuestros derechos. Secundando la Huelga estamos trabajando por nuestro futuro y por el conjunto de la clase a la que pertenecemos, estamos construyendo un horizonte mejor.
No podemos caer en el error de pensar que estos brutales recortes y estas medidas antisociales llevadas a cabo por el Gobierno Rajoy son temporales y que serán graciosamente revertidas si la crisis amaina; se trata de medidas que pretenden ser para siempre y que serán más profundizadas aún, si no reciben una fuerte respuesta social. La historia del movimiento obrero nos enseña que cada conquista, cada mínimo avance en nuestros derechos, ha costado sangre, sudor y lágrimas. El capitalismo nunca regala nada, los trabajadores siempre hemos tenido que arrancárselo. Las Huelgas no sólo podemos medirlas en función de su victoria o su derrota, se trata de escuelas de lucha y de forja de conciencia rebelde. La participación en la Huelga supone la participación en un incipiente proceso de reinvención de modos de cultura popular. Esos procesos de construcción de la autonomía florecen y se desarrollan, a ritmo lento pero sostenido, en la implicación en los movimientos sociales, en la luchas sectoriales contra los recortes, en el movimiento estudiantil, en el errático pero esperanzador devenir de nuevas experiencias sindicales, y en miles de experiencias de resistencia y de creación de alternativas. No debemos ser impacientes, pero sí tenemos que tener claro que sin este proceso de acumulación de fuerzas y sin la construcción de una cultura autónoma, no subalterna, no será posible que cuajen unos instrumentos a la altura de las circunstancias.
La necesidad de reconstruir auténticas relaciones de masas en un sociedad distinta debe ser el faro que guíe los pasos de construcción, o de reconstrucción, tanto de instrumentos sindicales como políticos. Una sociedad ésta, en la que ya no es suficiente reproducir los esquemas organizativos y políticos de etapas anteriores. Nuestra subordinación a los dictados de la UE, y nuestra consiguiente asunción de funciones dentro de la división del trabajo en la Unión han creado un escenario laboral y social muy distinto; la precarización del trabajo y la extensión del paro, el extraordinario adelgazamiento del sector industrial, el surgimiento de nuevas categorías como la que podríamos llamar “autónomos precarios” o la generalización del trabajo informal, demuestran que ya no son eficaces los modelos organizativos y sociopolíticos existentes.
Flaco favor prestan los dirigentes sindicales si pretenden atrincherarse en sus puestos mientras languidece el movimiento obrero. Su falta de capacidad de análisis, su asunción de la derrota, o su absoluta incapacidad para comprender los procesos de mutación en el sistema capitalista y sus consecuencias para el movimiento obrero, han sido, en gran parte, los que han llevado a la práctica destrucción del movimiento sindical. Nos encontramos con la triste paradoja de que en el momento en el que las agresiones a los trabajadores son más crudas, las organizaciones sindicales presentan una estructura organizativa más débil que nunca. Estamos seguros de que esto irá cambiando poco a poco y serán los propios trabajadores los que vayan modelando sus organizaciones de clase.
Estamos completamente de acuerdo en que esta Huelga supera los límites de lo que concierne estrictamente al movimiento obrero, se trata de una huelga social. Los ataques que estamos sufriendo trascienden el ámbito de nuestro puesto de trabajo y pretenden precarizar toda nuestra vida. Por lo tanto, la respuesta debe ser conjunta y global, es necesario unir las luchas y confluir en un potente movimiento que sea capaz de derrotar a este Gobierno. Más que nunca el carácter sociopolítico del movimiento sindical debe estar presente y muy activo. No sólo están en juego muchas conquistas de los trabajadores, sino que lo que nos jugamos es nuestra soberanía, la democracia, el futuro de todos.
El MIA-Pinto quiere aprovechar este comunicado para animar a todos sus afiliados y simpatizantes, y al conjunto de trabajadores y ciudadanos de Pinto a secundar esta Huelga y a participar de modo activo y pacífico en piquetes informativos y en todo tipo de movilizaciones y actos preparatorios de la jornada de H
uelga. Sabemos que la oleada antisocial y represiva continuará “in crescendo”, pero es la hora de enfrentarnos con determinación a los que nos quieren robar el futuro. No lo vamos a permitir.
Pinto, a 05 de Noviembre de 2012.
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