Desde su formación, hace ahora dos años, esta Sección Sindical de Espacio de
Participación Sindical (EPS) ha venido ejerciendo su acción sindical en el
Ayuntamiento de Pinto.
Su nacimiento vino motivado por una sucesión de políticas de recortes y
agresiones hacia la plantilla municipal. Varios compañeros entendimos que desde
las instituciones que deberían defendernos de estas agresiones no se estaban
realizando los esfuerzos necesarios y suponían una pared contra la que chocaban
continuamente las reivindicaciones de nuestro colectivo.
De entonces acá hemos pagado nuestra osadía, convirtiéndonos en la diana sobre
la que recaen una vez tras otra los dardos del equipo de gobierno de nuestro
Ayuntamiento. Comenzó con el despido de cuatro compañeros que formaban la
Junta Directiva de nuestro sindicato, demandas que se encuentran en los
tribunales y pendientes de sentencia judicial. Pero este acto, ya muy grave por sí
solo, no fue más que el comienzo de una verdadera caza de brujas como nunca se
ha visto en una Administración Pública hacia una formación sindical.
El más absoluto desprecio y prepotencia hacia los afiliados a este sindicato se ha
convertido en el día a día del concejal de Recursos Humanos; acciones que se han
ido extendiendo al resto de la plantilla a partir de la representación sindical
obtenida por EPS en las pasadas elecciones sindicales.
Somos conscientes que se acerca un proceso electoral. Nuestra ética sindical y
personal ha hecho que reflexionemos acerca de si debemos detener o no durante
estas semanas nuestra acción sindical. Pero los temas que tenemos sobre la mesa
son graves… muy graves para que un sindicato mire hacia otro lado. Constante
desprecio hacia el articulado del convenio colectivo, firmado precisamente con el
Partido Popular en el gobierno local. Teniendo un reconocido saneamiento de las
arcas públicas, no se están abonando las horas extraordinarias que se obligan a
realizar, dejándonos ante un posible delito de enriquecimiento injusto por parte
del Consistorio, al estarse beneficiando de su propia falta de diligencia.
Supeditar el abono de salarios a colectivos de trabajadores a que se hagan
informes técnicos favorables a ciertos empleados, nos deja frente a un posible
delito de prevaricación y cohecho.
Constantes vulneraciones de nuestro interés legítimo a la representación y acción
sindical, vulnerando por los cuatros costados la Constitución Española y legislación
internacional que defiende el derecho fundamental de todo trabajador a
sindicarse. El último capítulo de esta representación, que parece escrita en otro
tiempo, ha sido la amenaza a una delegada sindical de EPS, haciéndola responsable
y destinataria de medidas represivas si este sindicato continuaba con su acción
sindical.
Y hasta aquí podríamos llegar, mucho más tratándose de una Administración
Pública que debería velar y fomentar estos derechos reconocidos en nuestra carta
magna.
No solo no frenaremos nuestra acción sindical, sino que la llevaremos hasta sus
últimas consecuencias y utilizando todas las herramientas que nos ofrece la
legalidad vigente.
Pinto, a 27 de Abril de 2015.
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