viernes, 6 de marzo de 2015

Ecologistas en Acción de Pinto denuncia nuevas podas brutales

Había una vez unas moreras en la calle La Colonial, junto a la plaza de las Capuchinas. Eran árboles sanos, vigorosos, llenos de vida, algunos con más de 20 años de edad. Esplendidos, con volumen, forma y color.

A veces se recortaba alguna rama, para evitar que se acercara a las fachadas, pero esto no afectaba a su magnífico porte. Su ciclo vital nos marcaba las estaciones, sus hojas caían en otoño, daban sombra en verano y comida para los gusanos de seda de algunos niños. Sus moras servían de alimento para los pájaros e incluso eran probadas por algunas personas.

En los primeros días de marzo de 2015, las motosierras han cortado todas sus ramas, para que no tengan hojas, para que no tengan frutos, para que no tengan pájaros, para que no tengan vida. Las han dejado malheridas, sin volumen, sin forma, sin color.


Las razones no son ya las podredumbres o las ramas peligrosas, el motivo de su mutilación es que sus frutos manchan. Pero las moreras no tienen la culpa, el Ayuntamiento las plantó y debe ser el responsable de la limpieza viaria y de las consecuencias de criterios tal vez incorrectos en la elección de las especies. Las moreras han sido mutiladas por conseguir un puñado de votos de quienes esperan no mancharse las suelas de los zapatos y no tener que dar un rodeo de 5 metros para evitar pisar “las dichosas moras”.

El Preámbulo de la Ley 8/2005, de 26 de diciembre, de Protección del Arbolado de la Comunidad de Madrid señala, entre otras cosas, que:

“El árbol forma parte del patrimonio histórico-artístico de la ciudad y es ingrediente inseparable de su actual puesta en valor y comprensión, configurando el derecho social al paisaje”.

“Evitar, de manera especial,…, las podas drásticas e indiscriminadas que, en todo caso se han de rodear siempre de toda cautela a fin de asegurar su carácter de último recurso y no como procedimiento al servicio de urgencias o actuaciones coyunturales.”

Indica también la necesidad de acometer planes de formación e información y señala que “Es necesario que el ciudadano contemple el árbol como un ser vivo que obliga a más atenciones que las dispensadas a otros elementos urbanos, multiplicando los medios de sensibilización a todos los niveles, desde los propios servicios de la Administración hasta los usuarios, pasando por urbanistas, promotores y constructores.”

Como ya hemos repetido en otras ocasiones, este tipo de poda es contraproducente, porque estimula al árbol a fructificar con más vigor y, por tanto, a manchar más, además de producir ramificaciones débiles que se rompen con facilidad. Gracias a esta acción, acaban de convertir a las moreras en árboles peligrosos que deben ser vigilados todos los años.

Pudiendo todavía observar las nefastas consecuencias de la poda brutal del invierno de 2012, nos resulta incomprensible que se sigan cometiendo semejantes atrocidades a nuestro patrimonio natural, por lo que desde Ecologistas en Acción de Pinto volvemos a exigir un verdadero Plan Director del Arbolado Urbano que proteja a nuestros árboles de los despropósitos cometidos por el gobernante de turno.




Pinto, a 6 de Febrero de 2015.

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